la generación perversa...
pecadora...
consumista compulsiva...
nace...
y se auto mutila
después de tantos días
de cuarentena en
mi, la cuarentena personal...
veo a un poeta exiliado
en su propia tierra...
entre una generación vieja y una nueva...
intentando curar, sanar...
nadie puede salvar a nadie,
ni siquiera a sí misma...
bailar es el mejor recuerdo que queda...
en algún lugar...
sin puertas...
sin vacíos...
sin adioses...
quiero bailar
como siempre...
como nunca...
qué fácil es escribir esto así...
tan accesible...
el tiempo se escurre igual...
odio que sea un día menos...
temo la muerte...
cuando deje de respirar...
después de 4 meses y pico
después de San Esteban....
ya no sabemos
si sucede por que debe ser así
o porque nos lo buscamos...
o porque así lo pensamos...
lejos del deseo...
relampaguean mis piernas...
por dentro...
solo quiero ser para crear algo que no soy...
para nadie...
ni siquiera para mi
es suficiente...
con la agridulce harmonía del caos de otras...
aquí tecleando mis letras blancas
sobre negro...
y viceversa...
era el doctor que daba vida a hierros oxidados...
y quizás es quién vuelve
solo para esconderme el tabaco...
podría ser tan fácil...
que así fuera...
solo me quedan sus zapatillas...
y la bicicleta...
el pedal y el freno...
mi perra se sienta si me paro demasiado rato...
oxigenación...
el amor en cuarentena...
el remedio está dentro no fuera...
en los detalles costumbristas...
en el ahora hago y luego descanso...
en respirar virus imaginarios...
no hay nada a lo que rezar...
ya ni siquiera el mar reconforta...
05042020 #lutxana
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